Es quizá por esto que se encuentra formándose en la Real Escuela Superior de
Arte Dramático de Madrid con fines de convertirse en Directora Escénica ya que
considera que el teatro es vida. Siempre tuvo claro que Suiza se le quedaría
pequeño y con 16 años pasa un año de intercambio en Estados Unidos. Al volver a
su ciudad natal, trabaja como actriz en un proyecto conjunto entre Basilea –
Berlín que le sirve para reafirmarse este amor incondicional al teatro, que
poco después le trae a Madrid, donde vive desde hace 2 años.
Es aquí donde comienza a estudiar Historia del Arte debido a una imperiosa necesidad de formarse, educarse y de aprender sobre la vida. Trabajó de traductora en la obra “El Principito” lo que le abre las puertas a la posibilidad de la dirección, que acoge en su vida como una opción más en la búsqueda de su camino, en el que se encuentra inmersa.
Es aquí donde comienza a estudiar Historia del Arte debido a una imperiosa necesidad de formarse, educarse y de aprender sobre la vida. Trabajó de traductora en la obra “El Principito” lo que le abre las puertas a la posibilidad de la dirección, que acoge en su vida como una opción más en la búsqueda de su camino, en el que se encuentra inmersa.
Marlene
ve la vida como una constante pregunta a la que hay que buscarle respuesta a
través de las artes. A pesar de que no quiere ponerse metas, afirma que no
necesita mucho para ser feliz y que en un futuro pretende formar parte de algo
importante que aporte algo al mundo.
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