Nacida en una familia de
artistas, era hija de los actores Salvador Soler Marí y Milagros Leal. Debuta
en escena en 1948 con la obra No me
mientas tanto, de Alfonso Paso. Más tarde, se incorpora a la compañía del
Teatro María Guerrero y, bajo la dirección de Luis Escoba,r cosecha éxitos como
Historias de una casa, de Joaquín
Calvo Sotelo. Mantiene, durante los siguientes años, una intensa actividad
teatral, y tras pasar por las compañías de Catalina Bárcena y Ernesto Vilches,
forma su propia compañía. Desde que en 1975 protagonizó La señorita Julia, se apartó una larga temporada de los escenarios
para centrarse en su carrera cinematográfica. Cuando volvió al teatro fue para
interpretar El zoo de cristal, a las
órdenes de Mario Gas.
Su popularidad en el cine empezó
a incrementarse con Usted puede ser un
asesino (1952), de José María Forqué. En la década de 1960 participó en
varios filmes de éxito popular, como la comedia Las que tienen que servir (junto a Concha Velasco). Las décadas de
1970 y 1980 la consolidaron como una de las intérpretes más estables del
panorama cinematográfico español, en parte gracias a que alternó la comedia con
otros géneros más arriesgados. Trabajó a las órdenes de los más prestigiosos
directores del país; entre otros: Luis Buñuel (El discreto encanto de la burguesía), Pedro Olea (El bosque del lobo), Fernando Fernán
Gómez (Las bicicletas son para el verano),
Pilar Miró (El crimen de Cuenca) y
Pedro Almodóvar (¿Qué he hecho yo para
merecer esto?). Es especialmente significativa su colaboración con Luis
García Berlanga, ya que participó en varios de sus filmes más recordados: Plácido, Tamaño natural, La vaquilla
y la trilogía iniciada con La escopeta
nacional.
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